"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos" | SURda |
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28-08-2015 |
c.e.r
“Nos cagaste Tabaré. Te votamos y nos cagaste. Nos cagaste”!!! expresiones de mujer, manifestante, de puño apretado y mirando a los ojos al Presidente en Florida.
“Acá hay un problema gremial y hay que hacer pelota eso. Hay que juntarse y hacer mierda a esos gremios, no queda otra. Ojalá logremos sacarlos del camino” Jose “Pepe” Mujica, en el libro “Una oveja negra al poder”
“Che Castillo, che Castillo, que contento se te ve, vos ganás mas de 100 palos y yo no llego a fin de mes” cantito popular dirigido a Juan Castillo (P. Comunista) en la manifestación de los trabajadores frente al ministerio de Trabajo.
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El negocio era “redondo”. Un gobierno “progresista” que contara con la neutralidad sindical.
Para hacerlo posible se abría el país al capital internacional, se le garantizaban que no tendrían impuestos y, además, zonas francas.
Se esperaba a la vez inversión, que generaría empleo. Extralimitándose –y mintiendo desaforadamente- este plan, modesto entre los modestos, el Sr. Astori y su grupo afirmaron muy sueltos de cuerpo, que esta inversión garantizaría “el desarrollo”. En realidad –y eso lo sabían muy bien- solo garantizaba “crecimiento”. Es decir –y en resumidas cuentas- un neo-batllismo como el que vivimos bajo la vicepresidencia y después presidencia del Sr. Luis Batlle Berres. Aquel –conviene acotarlo- duró bien poco. En 1954 el Sr. Batlle Berres “barrió” dentro del partido colorado, con sus opositores de derecha. Cuatro años después, no podía entrar al Cerro a realizar sus discursos electorales. En 1958, finalmente –y en medio de la agitación popular- fue derrotado estruendosamente. La “coyuntura internacional” que posibilitó aquel “crecimiento” se enmarcaba en un marco internacional preciso, con bonanza de las “exportaciones tradicionales” de entonces (lanas, carnes y cueros) al abrigo de la “guerra de Corea”.
Ayudaba a darle “color” al espejismo los Consejos de Salarios, creación ésta al final de la Segunda Gran Guerra, del gobierno muy burgués del Sr. Baldomir. Se “vendía bien” la imagen de una coparticipación “de los trabajadores” organizados, que disfrutaban solo de las migajas que caían de la mesa al ritmo de la coyuntura internacional. Y nuestro “medio pelo criollo” se regocijaba proclamando con su miopía de siempre que nos habíamos convertido “en la Suiza de América”. Carlos Quijano, desde las columnas de “Marcha” señalaba las deficiencias y despilfarros, amén de las falsas expectativas de prosperidad. Lo entendieron muy pocos, porque Carlos Quijano, que siempre marchaba “a contramano” como lo popularizaba cierta caricatura de Peloduro, era un “aguafiestas” inaguantable. El “Pais de la Cola de Paja” se imponía, con el apoyo masivo de nuestros bobalicones del “medio pelo”. Como siempre.
Hemos hecho esta disquisición de dos frases largas, para intentar resumir, lo que más recientemente -60 años después- Fernando Moyano, califica como el país del 50 por ciento.
Cincuenta por ciento que no quiere cambiar nada –la raquítica burguesía dependiente nacional a la cabeza, dividida en sus tres círculos: capital agrario, capital industrial y capital financiero. Y casi la totalidad de la inmensa burocracia estatal, las clases medias y capas y segmentos aledaños.
El otro 50% quiere “cambios”, pero no muchos. Particularmente no quiere cambios que modifiquen radicalmente la situación.
Este último 50%, es parte importante, de “la nueva conciencia electoral”, la que le ha dado el triunfo por tercera vez al “progresismo” gobernante, encarnado en la segunda presidencia del Sr. Tabaré Vázquez.
En el intervalo del tiempo, han quedado por el camino muchas cosas. Los otrora “políticos tradicionales” del blanqui-coloradismo, están de capa caída. Recordábamos en un articulo reciente, postelectoral, la frase que cierto Juvenal criollo pintó en los aledaños urbanos del Palacio de la Luz: “se acabaron los huevos colorados, blancos, quedan pocos”. Era una metáfora anónima, pero acertada. Requiem justiciero por el país que fue.
La “tecnocracia progresista” ha sustituido a los “políticos profesionales”. Danilo Astori y Tabaré Vázquez son sus profetas más connotados pero el círculo abarca a muchos más y, a éstos, deben sumarse “los agregados”. Entre los primeros deben cortarse las jerarquías más altas de los técnicos económicos (todos neoliberales por formación). Los “agregados” en cambio, son múltiples en su origen: en parte los “guerrilleros arrepentidos”, los “burócratas sindicales” que escalaron a cargos gubernamentales en los ministerios, todo el elenco “parlamentario” frente amplista, y casi la totalidad de los elencos gubernamentales departamentales.
Son –salvaguardando las distancias- nuestra “nomenklatura”. Los burócratas privilegiados del estado que viven muy bien con sus sueldos que sobrepasan la “canasta familiar”. Son los que nos decían –para justificarse- que ¡pobre de nosotros si ganaban los blancos o los colorados!!! Son los expositores más evidentes de la “soberbia” despreciativa sobre los electores. Ellos son “los representantes” y después que los elegiste, jodéte!!!
Recomiendan el “apretense el cinturón Ustedes, porque nosotros pensamos seguir igual, con sueldos del primer mundo y privilegiando el pago de la deuda externa”.
Hasta ayer nomás, estos caballeros de la “prudencia”, estaban en la disputa feroz de los cargos y posiciones internas, atacándose unos a otros a dentellada limpia, mintiéndole a la opinión pública acerca de que estábamos en “el país de primera”. ¿Se acuerda alguien de los “blindajes” a prueba de crisis mundiales de las que hacia gala el Sr. Astori, soberbio entre los soberbios, irresponsable entre los irresponsables?
A todos estos personajes –desde la “derecha” frenteamplista agrupada en el Frente Liber Seregni, el combo político del Eme-Pepismo, y los tecnócratas particulares que acompañan al Sr. Presidente- le acaban de dar una buena lección los gremios de la enseñanza. La burocracia sindical agrupada en el PIT-Cnt, también recibió la advertencia aleccionadora para que vayan poniendo las barbas en remojo. Se le van quemando “los versos” al Sr. Juan Castillo que milita en el ala derecha, al Sr. Abdala que en la “cancha” se vestía de puntero izquierdo, y al Sr. Pereira. Ojo, porque la presión “viene de abajo” y los carguitos burocráticos sindicales pueden no ser más el nicho cómodo en el que se refugiaban.
Aquí lo fundamental es constatar lo básico: una nueva generación de hombres y mujeres jóvenes entre en la arena. Sea bienvenida su presencia, sea saludada su combatividad, entran por la puerta grande y además, rodeados del calor popular!!! Son depositarios de una voluntad de renovación, de verdadero aire fresco combativo y popular, que sentimos todos.
Hemos dejado para el final, el análisis somero, de lo que se denomina “el stablishement”, el monopolio de los medios privados, la farándula de cagatintas de la prensa de derecha y todos sus asesores ideológicos: los politólogos tipo Botinelli y las lamentables caretas de algunos políticos entre ellos –faltaba más!!!- el inefable senador Agazzi, sucesor -por tonterías y desubiques fenomenales- del Sr. Marenales, “marmolito”, como lo conocía la militancia vieja.
Pasarle revista somera a todos estos verdaderos “muertos de frío” (cuando se acaba el invierno) es una revisión para la apología del ridículo. No dan, nuestros prohombres, pie con bola, están desubicados y, se nota, a ojos vistas su inseguridad.
Hacen centro en el argumento “de autoridad”. Según éste un gobernante, o un equipo gobernante, no pueden equivocarse y si reconocen que estaban equivocados y retroceden de las posiciones previas, reconociendo el error, hacen fracasar el mentado principio. El mentado principio, esta ligado a una concepción paternalista del poder. Es tan disparatado que las nuevas generaciones no pueden hacer más que reírse de tanta tontería, pronunciada con énfasis y gravedad. ¿Dónde queda entonces su opuesto?: “Mi autoridad emana de vosotros y cesa ante vuestra presencia soberana” . Nuestros conservadores vernáculos no lo saben, se ahogan en el vaso de agua de sus tormentas de pacotilla.
En política, es absolutamente saludable, evitar ciertos “principismos” nefastos. Es lo que debe hacer el gobierno del Sr. Tabaré Vázquez. Dilatar el paso necesario, es aumentar los males.
Por suerte, en éste país del “yo no fui”, la denominada oposición burguesa ha marcado claramente su posición. Esta presente en todos sus editoriales: los de “Búsqueda” , los de “El Pais” , los de “El Observador”. Entre el dilema de “jugar a la oposición” y asentar “el principio de autoridad” todos ellos se pronunciaron por las sanciones y el “gatillo oculto” de la norma de pasar a las sanciones y destituciones.
Entonces lo primero es consignar que la oposición burguesa tradicional (blanqui-colorada) políticamente hablando es la impotencia política en su forma mas manifiesta. No cortan ni pinchan.
Harina de otro costal, es el “acomodamiento” de ciertos sectores frenteamplistas. Muy particularmente “el gigante idiota” del Eme-Pepismo. Su solicitud actual de anular la medida, es una jugada típica de su oportunismo político tradicional. El “gigante idiota” es como “la donna”, móvil, como “piuma al vento”. Ante la presión popular movilizada intentan subirse al carro “de lo popular” como los buenos “panzones” que siempre han sido. Pero esos oportunismos están detectados por la aguda conciencia popular, son “compañeros de ruta”, de los cuales nadie confía y sabe bien que sus “apoyos” son circunstanciales y débiles. Por eso en el acápite de éste artículo, hemos colocado la frase de su líder y conductor, claramente enemigo del movimiento sindical, como hombre que no tuvo nunca raíces en el movimiento elemental de los asalariados.
La lucha debe continuar. Aprendiendo todos de los hechos actuales que presenciamos y, siendo concientes de las carencias que existen.
No asistimos al final, sino al comienzo del final del proyecto “progresista”. Ese proyecto basado en mentiras y manipulaciones muestra, ahora, todas las limitaciones que el proyecto mismo tenía desde sus mismos inicios.
La lucha popular de los profesores y maestros, ha puesto a plena observación popular, las vacilaciones del movimiento sindical organizado. Las carencias de la burocracia sindical, sus intentos de salvar al gobierno, frenando la lucha y tratando de presentar como “triunfos” lo que son renunciamientos. Agregan ahora, como agregarán más en el futuro, las limitaciones de sus políticas reformistas y “pendulares”. Su papel de “abogados del diablo”.
Arriba los que luchan!!!
Abajo los que transan!!!
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